Nada que perder
Nada que perder (Nothing to lose) es el original proyecto de una coreógrafa australiana que derriba los estereotipos y busca mostrar la belleza del arte sin importar las libras de más.
Es difícil ver bailarines gordos en los espectáculos de danza profesionales. Cuerpos grandes, amplios, con sobrepeso, enormes y generosos en carnes. Pero para la coreógrafa australiana Kate Champion, todo es diferente. La singularidad de la coreografía está en sus intérpretes (cinco mujeres y dos hombres), alejados totalmente de la imagen habitual de los bailarines, porque son personas gordas.
Champion se unió a Jean Drinkwater, una artista y activista pro gordura, que utiliza la palabra “gorda” para reinvindicarla: “Es sólo una descripción de mi cuerpo, como alta o morena. Pero no todo el mundo está en este punto, y queríamos gente que se sintiera seguras de subirse a un escenario. Y queríamos gente realmente gorda, no necesariamente sólo con curvas”.
El objetivo es exponer cómo un cuerpo no delgado también puede tener gracia, verse hermoso y tener movimientos atractivos al público. Y lo más importante: celebrar la grandeza y el poder de un cuerpo alejado de los estereotipos de "perfección".
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